Estuvieron mucho tiempo guardados y cuando me mudé los enmarqué los seis iguales y hoy adornan la escalera de mi casa. No me gustan las paredes vacías, mi casa está llena de estanterías con libros y en cuanto encuentro un hueco, un cuadro que pongo, si puede ser de punto de cruz mejor aún, lo que sirve a mi marido para acusarme de padecer de horror vacui, "horror al vacío", pero cuando pintamos y aún no están puestos los cuadros, parece que no estamos en casa y mis hijos dicen que hay eco, así que lo siento: paredes vestidas.
Estos los hice en el año 1996:
el arándano
y el comino
Los gráficos venían en una revista de Labores del Hogar, y están sobre esterilla.
Cuando pueda le hago fotos a los otros, que yo no he visto cosa más difícil que evitar los reflejos en los cristales...
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